Entre juegos y miradas cruzadas, esta canción de pop punk captura a la perfección el vaivén emocional de los primeros amores. Es ese tipo de tema que suena a una conversación que nunca terminó; una especie de estira y afloja entre dos personas que no saben si se están enamorando o solo están jugando a lastimarse un poquito.
Con guitarras afiladas, energía adolescente y un ritmo que no da tregua, esta canción le pone un sonido al coqueteo, la confusión y las sonrisas a medias. Todo aquí huele a mensajes sin contestar, miradas que están entre el reproche y el anhelo; mientras que el estribillo es de esos que se quedan pegados todo el día, tal y como esa persona que no te puedes sacar de la cabeza.
Es perfecta para ponerla a todo volumen y gritarla con todas tus fuerzas, sobre todo cuando no sabes si estás en una historia de amor… o solo en un juego de ida y vuelta.






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