Un ritmo brillante, un coro que se te queda pegado como chicle y una vibra descaradamente pop. Pero no te confundas: esto no es lo que crees. Detrás del brillo y los acordes limpios, esta canción lanza una sonrisa torcida. Es una burla con ritmo, un espejo con diamantina. Es sarcasmo envuelto en un gancho pegajoso.
Mientras los sintetizadores brillan y las guitarras te empujan hacia adelante, la letra baila entre lo superficial y lo incómodamente real. ¿Amor? ¿Desamor? ¿Una indirecta bien disfrazada? Todo eso y nada a la vez. Este track se ríe contigo… o de ti.
Hay ironía en cada compás, en cada verso dicho con demasiada precisión. Es pop. Es pegajoso, claro. Pero también es una crítica con beat alegre y un guiño malicioso.
Ideal para cantarla a todo pulmón sin saber si estás celebrando algo… o exponiéndolo.
Pop disfrazado de pop, con una ceja en alto. Una canción que entra fácil, pero deja una espinita. Escúchala. Piénsala. Báilala. Y si puedes… descífrala.






Deja un comentario