¡Este tema te ofrece un vaivén sonoro!
Esta canción se siente como un vaivén desde el inicio hasta el segundo 30, cuando la voz grave y nasal se apodera del micrófono para comenzar a entonar sus estrofas. Ese sonido continuo, que al lado de la voz, logran que te quedes cautivo a la canción; solo unos redobles de batería llegan a romper con ese sonido casi hipnótico que se mantiene, ese mismo que se rompe en el minuto 1:40, en donde el sonido se vuelve caótico o un tanto “sucio”, pero no por eso deja de ser disfrutable.
De esta canción me gustó mucho la voz de su vocalista, suena a las propuestas de inicios de los 2000, logra crear una atmosfera melancólica y evocativa, y en el minuto 3:45 suena como un indie rock de ese mismo año, en donde la añoranza cobra mayor fuerza, pues es ese tipo de sonidos que ya pocas bandas conservan dentro de su estilo sonoro. Mikey Demilio no solo se quedó con él, también le imprimió algunos toques actuales que logran una canción perfecta para recostarse en el pasto y disfrutar de la tarde.






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