Dandelion suena como un recuerdo brillante que nunca viviste, pero que igual sientes como tuyo. Con guitarras empapadas de repeticiones, batería estilo ochentero y un aura lisérgica que se va expandiendo poco a poco, Peter Landi nos lanza a un viaje en donde la nostalgia del verano, la naturaleza y los estados alterados se entrelazan sin esfuerzo.
La canción nace de un momento casi mágico, un libro al azar, una palabra, y de pronto, una visión panorámica del mundo desde lo alto. Eso se traduce en un track que arranca suave, etéreo, y termina en una especie de clímax cósmico donde todo sucede a la vez; hay versos, leads melódicos, tambores abiertos, el eco insistente de “Dandelion” girando como un mantra.
Peter logra que la producción refleje el viaje psicodélico que inspiró la letra:; capas que se suman, se funden y luego desaparecen de golpe. Es una canción para flotar, recordar y perderse un rato. Ideal para paseos sin destino, contemplar el cielo en modo onírico, y dejar que la cabeza se te vaya a lugares lejanos.






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