Después de casi una década en silencio, Jimmie Chesh regresa con lo que él mismo considera su mejor canción hasta ahora, y la verdad, no exagera. Con el corazón de los Goo Goo Dolls y el alma vocal de John Mayer, este tema es una mezcla brillante de nostalgia noventera y sensibilidad contemporánea. Las guitarras son suaves pero firmes, la melodía se desliza como un recuerdo feliz, y la voz de Jimmie es íntima, vulnerable, cálida, y te lleva directo al centro de la emoción.
La letra navega por las aguas de la espera, por amor, por crecimiento, por claridad. En lugar de caer en la desesperación, el artista encuentra belleza en la pausa, en el no saber. Es una canción sobre estar en el limbo sin perderse en él.
Ideal para noches de reflexión o cualquier momento en donde el alma necesite reconectarse con lo simple y verdadero. Este track no solo marca el regreso de un artista querido, sino también la confirmación de que las pausas largas pueden dar fruto a canciones que se sienten como hogar.






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