¡Un blues que se canta con el alma!
Lo precioso de esta canción es la voz de su intérprete, es rasposa y profunda, se percibe como una interpretación de alguien que quiere relatarte un pasaje importante de su existencia; además, me encanta la forma en la que fluye y se acompaña de la armónica y del bajo, dos instrumentos muy importantes para la construcción de este tema que adquiere un ritmo más acentuado cuando entra la guitarra y la batería.
Esta canción logra crear un ambiente íntimo al inicio, como si estuviéramos en un pequeño bar solo disfrutando de la música, para luego convertirse en una canción que grita e interpreta, con cada instrumento haciendo un eco a la emoción de la voz del intérprete. Y al final dan ganas de gritar con las notas que dan remate a un tema emocional que al final te deja con una sonrisa en la cara.






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