Esta rola de alternative rock es como una tormenta contenida; empieza con un pulso que vibra bajo la piel y va creciendo hasta explotar en un coro que duele, pero libera. La voz principal, claros que es rasposa, vulnerable, llena de urgencia, y se desliza sobre guitarras densas y baterías firmes que marcan el paso de una historia que arde por dentro. Hay riffs afilados, silencios que pesan, y una energía que se siente entre la desesperación y el coraje.
La producción juega con luces y sombras, dejando espacio para momentos íntimos que contrastan con estallidos instrumentales que sacuden el pecho. Es una canción que se mueve entre la contención emocional y el grito, como si intentara encontrarle forma al caos. Es ideal para escucharse con audífonos, manejando de noche, justo en ese instante donde necesitas soltar lo que te está quemando.
Es una canción directa, poderosa y sin filtros, y es la pieza que le recuerda al alt rock su lado más visceral… el de la catarsis. Es un track que se se saborea como a un postre de media noche.






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