Lysne aterriza con una bomba de energía directa desde el corazón noventero del pop punk. Esta canción es un grito descarado contra la manía de quejarnos por todo, y se hace al estilo clásico, con guitarras veloces, actitud descarada y un coro que entra como patada de realidad. Aunque la letra está en noruego, la vibra es universal, porque si alguna vez has estado rodeado de drama innecesario, este track es tu himno.
Piensa en una mezcla entre la ironía de Green Day, el relajo emocionante de blink-182 y ese punk crudo a lo Ramones. La producción mantiene el espíritu de personalidad única, pero con un pulido justo para que suene potente en la radio (cosa que, de hecho, logró). Hay un solo de guitarra escondido que entra como quien no quiere, pero deja marca.
Éste es de esos temas que te despiertan el sarcasmo y las ganas de sacudirte. Es un guiño al pasado con letra actual, ritmo contagioso y actitud de sobra. Perfecto para ponerlo a todo volumen y gritar que a veces… solo hay que dejar de quejarse y seguir rockeando… ¿Cierto?






Deja un comentario