Just Stay es ese tipo de balada que entra suave… y luego te lanza contra la pared. Es una joya melódica y brutal a partes iguales, donde el metalcore se viste de emociones gigantes sin perder ni una pizca de poder. El riff te abraza, el breakdown te destroza, y ese coro… ¡ese coro! se te queda pegado en el pecho como un tatuaje emocional que no pediste, pero agradeces.

La banda logra ese balance difícil de ser vulnerables sin sonar cursis, y ser pesados sin perder claridad. La letra, directa y dolida, roza lo confesional sin volverse empalagosa, y cada grito parece salir de una herida real. Se siente como un último intento por sostener algo que se está rompiendo… y ese dramatismo, bien ejecutado, pega con fuerza.

Si alguna vez pensaste que una balada no podía romper cuellos en el moshpit, Just Stay está aquí para corregirte. Es grande, es honesta, y sí, va a quedarse contigo por semanas. ¿Listo?

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