Una guitarra potente y unos redobles de batería que le hacen coro, son los sonidos que nos dan la bienvenida a esta canción, en donde este tipo de sonoridades se vuelven una constante en el resto de la canción, al igual que lo hacen las pausas. Y es que esta canción llega para interpretarse con fuerza, para después jugar con los sonidos de la guitarra cerca del minuto 2, convirtiendo su sonido en uno más dulce.

En el minuto 2:35 la música hace una breve pausa para dejar que sea la voz quien nos envuelva en este puente. Así la canción nos lleva hasta el final en un conjunto de sonoridades que no pasan desapercibidas, creando una canción que construye un balance entre su energía explosiva, sus momentos de repetición y los de calma, para llegar al cierre con una melodía que se siente saturada, pero que no es más que el sonido perfecto de la conjunción de sus elementos.

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