¡Cierra los ojos y déjate llevar por el ambiente seductor de este tema!
Estamos situados en un bar o una cantina, se escuchan los vasos de un lado y del otro la voz grave de un hombre que exige algo al tiempo que da un par de golpes en una mesa, y en otra parte del paisaje sonoro, está un piano afinando, listo para hacer su entrada. Así suenan los primeros segundos de esta canción. Lo que viene después es un tema que conserva el toque calmado, casi sensual en su entonación sonora como en la voz de su intérprete.
Y es que nuestro intérprete canta con este tono de voz áspero, que por momentos parece estar saliendo de un viejo radio, se intuye que es el músico en esta cantina porque sostiene un breve diálogo con una mujer antes de que la canción termine. Y es que la letra mezcla el deseo del sexo, dinero y las emociones contradictorias, en donde el placer momentáneo no logra llenar ese vacío afectivo.






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