¡Un jazz que es una celebración!
Este tema tiene el sonido particular de un bajo en su inicio, he de decir que ese sonido atrapa y te envuelve en su sonoridad, porque se vuelve la base de la canción. Sobre ese sonido se encuentra el ritmo brillante de una guitarra y una batería pulsante, convirtiendo la canción en todo un tema digno de bailarse y disfrutarse con calma y cadencia, porque aunque la canción no explota en su sonido sí logra crear un ambiente que se siente familiar o como si estuvieras rodeado de amigos. Y es que la canción también incluye trompetas para crear esta atmósfera de jazz.
La interpretación, ligeramente grave, le aporta ese contaste a la canción, quien canta tiene un tono que suena amigable. Se hace acompañar de un coro masculino que canta “Hey Betty” en un tono más cálido como un acompañamiento. De este modo, la canción se convierte en una celebración y una canción para compartir.






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