Piranha Bar más que como una canción, se siente como un recuerdo envuelto en neón y suspiros. Zen Cat pinta con delicadeza una historia que se siente como un déjà vu emocional, la de dos almas que se rozan por una noche en un bar donde el tiempo parece doblarse. La letra fluye como una conversación a media voz, íntima, rota y casi mágica, donde cada gesto dice más que cualquier confesión.

Musicalmente, el track navega entre lo nostálgico y lo cálido. Las guitarras suaves y la producción envolvente te llevan directo al rincón del bar en donde todo pasó… o tal vez nunca pasó del todo. Hay algo cinematográfico en la forma en que se construye, con luces bajas, risas que duelen y caricias que no prometen nada.

Zen Cat captura lo que es amar en lo breve, sabiendo que lo efímero a veces deja la huella más honda. No es un himno al amor eterno, sino al momento exacto donde algo, aunque solo por un instante, o minutos, se sintió real.

Deja un comentario

Tendencias