Hay canciones que parecen hechas para acompañar una tarde en la que el sol pega distinto, y Memory entra justo en esa categoría. Es un himno indie pop rock que suena a verano con nubes, es melódico, melancólico y con ese filo emocional que se cuela sin pedir permiso. Aunque se presenta como un dúo, lo interesante es que es un diálogo interno; hay un solo vocalista que canta a sus propias versiones pasadas, entre reproches, nostalgia y autoconciencia.
La producción tiene ADN dosmilero puro, con guitarras nítidas, batería con energía de garage, y un eco emocional que remite a bandas como The Strokes o Bloc Party, pero con un giro más íntimo. Las letras juegan entre lo directo y lo poético… “subtle symphony of seventeen” es delicioso, y la aparición de un interludio en francés le suma un toque inesperado, como un suspiro en otro idioma.
Es una canción triste, pero también juguetona y reflexiva. Es un track para corear con una sonrisa medio torcida, mientras piensas en todo lo que perdiste… y todo lo que aprendiste. Ideal para llorar bailando o para reencontrarte contigo.






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