¡Esta canción está llena de emociones!
Disfruto mucho de estas canciones que van creando un ambiente desde los primeros segundos. Aquí lo hacen con una guitarra que suena suave, tranquila y que se va moviendo con nosotros en esta narración. La batería va marcando ese ritmo pausado, aun cuando los platillos son los que se escuchan más, no lo hacen con potencia o con un desborde de su baterista, se contiene para no romper con la atmósfera. El minuto 2:53 se vuelve más melódica la canción, da la sensación de estar llegando a un lugar y ser bienvenido con esta música.
La voz de su vocalista es grave, pero puedes percibir la emoción que siente al cantar. Se nota la nostalgia, la necesidad de ser escuchado cerca del minuto 3:50, en donde también alarga la palabra final en una armonía perfecta. Aunque la voz no suena del todo pulida, si se siente como la de una persona que ya ha pasado por bastante, y hablar de este lugar da cierto consuelo o tranquilidad.






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