¡Esta canción brilla como un rock melódico británico!
La guitarra sin muchos efectos va creando un ambiente sonoro que se siente orgánico, natural e íntimo, incluso cuando la batería irrumpe con su estruendo nos sentimos en un ambiente cercano, porque no hace falta de mucho tiempo para lograr conectar con Joey Collins. Él no solo logra crear una canción íntima, en su tono sonoro se encuentra la esencia del indie rock británico. Porque no necesita de mayores efectos para lograr llegarnos con su melodía y su interpretación.
Y ya hablando de su interpretación, él tiene un tono vocal ligeramente grave, el cual puede adaptarse a sonidos más bajos o a los estridentes sin perder la melancolía y nostalgia con la que nos conquistó desde el inicio. El puente sonoro del minuto 2:25 simplemente es una muestra del virtuosismo de los músicos que lo acompañan, porque logran crear este tono poderoso y nostálgico y mantenerse en ese ritmo hasta que la música llega a su fin. Sin duda, debe estar en tu playlist de favoritas.






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